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Cómo se congelan las setas

Cómo se congelan las setas

Un fácil proceso que nos permite tener setas todo el año

Muchos son los aficionados a las setas que están esperando a que llegue la época adecuada para coger el cesto y salir al bosque a recogerlas. Y también muchos los que, aunque no sean aficionados a su recolección, esperan con ansia la temporada para poder consumir este exquisito fruto que la tierra nos ofrece.

Y es que las setas son un excelente manjar, ya sean solas o acompañando y complementando otros alimentos. Con ellas podemos hacer recetas tan suculentas como la carne guisada con setas, un rápido y apetitoso revuelto, una deliciosa crema o incluso unas tentadoras croquetas.

El problema es que podemos disfrutar de este producto durante muy poco tiempo, y nos tenemos después que esperar casi un año a que vuelva a llegar la época para consumirlas. Además, muchos recolectores de setas se encuentran con el problema de que han cogido una gran cantidad y no saben qué hacer con ellas, puesto que pronto se estropean.

Para ambos problemas la solución es la misma: congelar las setas. Aunque muchas personas crean que esto no puede hacerse, están equivocadas. Podemos congelarlas perfectamente, sin que pierden ni un ápice de su calidad. Aunque, esto sí, debemos seguir el procedimiento adecuado para ello.

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Lo primero que tenemos que saber es que, antes de congelar las setas, éstas deben ser confitadas. Para ello, pondremos al fuego una cazuela de barro, en la cual pondremos aceite de oliva y manteca de cerdo, la misma cantidad de cada producto, y dependiendo de las setas que vayamos a congelar.

Después de lavar las setas y cortarlas a trozos, las echaremos también en la cazuela, y dejaremos cocer todo a fuego lento durante media hora. Una vez pasado este tiempo, apagaremos el fuego y dejaremos las setas en la cazuela, sin tocarlas, hasta que veamos que la grasa empieza a hacerse sólida.

Ahora ha llegado ya el momento en que podemos congelarlas, para lo cual deberemos tener bolsas de plástico especiales para congelar, de las que se cierran de manera hermética.

Iremos metiendo las setas en las bolsas, haciendo las raciones que nos parezcan oportunas, pero siempre metiendo un poco de la grasa dentro de la bolsa. Cerraremos herméticamente y ya podremos ponerlas en el congelador.

Cuando deseemos consumirlas, las podemos descongelar directamente, poniendo un recipiente adecuado a fuego fuerte y echando el contenido de la bolsa en él. La grasa contenida en ésta hará más fácil el descongelado.

Una vez descongeladas, ya podemos usarlas cocinándolas de la manera apropiada según la receta que deseemos hacer.

Ya podemos así tener setas durante todo el año, sin ningún problema.

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