Un bellísimo espacio natural y unas magníficas instalaciones
El Parque Nacional de Santa Teresa se encuentra junto al Océano Atlántico, formando parte del departamento de Rocha. Se trata de un gran espacio protegido con una extensión de 3.000 hectáreas, de un gran valor ecológico y medioambiental.
La gran belleza de sus parajes naturales, unido a las buenas instalaciones con las que se ha dotado el lugar, hacen de este parque un destino ideal para una escapada de fin de semana o para pasar en él un agradable día conociendo sus atractivos rincones y disfrutando de sus zonas de ocio y de sus playas.
Formando parte del parque encontraremos cuatro bonitas playas: la Playa del Barco, la Playa Grande, la Playa de Las Achiras y la Playa de la Moza, esta última considerada como una de las mejores playas uruguayas para la práctica del surf. Son playas muy aptas para el baño, con arena dorada y fina, y muy recomendables también para los aficionados a la pesca.
Aquéllos que prefieran el agua dulce encontrarán una atractiva piscina natural de aguas limpias y cristalinas conocida como El Chorro, una construcción de piedra en la que se acumula el agua de un pequeño arroyo, convirtiéndose en una piscina ideal para el baño, y sobre todo para quienes viajan con niños. El entorno de este lugar destaca por la abundancia de su vegetación.
En uno de los extremos del parque se encuentra la Laguna Negra, conocida también con el nombre de Laguna de los Difuntos, de unos 5 metros de profundidad y cuya agua destaca por su gran pureza.
Los aficionados a la ornitología no deben perderse la pajarera que se instaló en el parque, en la cual tiene lugar la reproducción de algunas especies que se encuentran en peligro de extinción.
Otro de los atractivos del parque es su rosedal, un jardín en el que se cultivan más de 300 variedades de rosas, formando toda una explosión de aroma y de color. Los aficionados a la botánica, o simplemente aquéllos a quienes gusten las plantas y flores, pueden visitar también el invernáculo, una atractiva construcción con cúpulas de cristal en la que se cultivan llamativas especies tropicales. Otras especies, como las sub-tropicales, las podremos contemplar en el sombráculo, hecho a base de granito y varas de eucaliptus, en el que abundan las palmeras y los helechos.
Una de las visitas que no debe dejar de hacerse cuando se visita el parque es a la llamada Fortaleza de Santa Teresa, que data del año 1750 y cuya misión original era la protección y defensa del Desfiladero de Angostura. Con unos gigantescos muros construidos con granito, la fortaleza tiene forma pentagonal, siendo su perímetro de más de 650 metros. En ella destacan especialmente sus 41 troneras para los cañones, sus residencias con capacidad para más de 300 hombres y su camposanto.
Para finalizar, y para aquéllos que quieran pasar más de un día en el lugar, cabe comentar que existe dentro del mismo parque una zona de acampada y cabañas para alquilar, ambos con unos precios muy razonables. Además, en varias zonas del parque encontraremos también merenderos y espacios de pic-nic con mesas y sillas para quienes quieran llevarse la comida.