Partiendo de la frase “Todo lo bueno o es pecado o engorda”, pareciera que sólo tenemos dos opciones: disfrutar las delicias gastronómicas que tanto amamos y engordar, o abstenernos de todo lo que nos encanta, comer desabrido y estar sanos y en nuestro peso. Nada más alejado de la realidad!
Estamos tan acostumbrados a comer comidas procesadas llenas de saborizantes, aditivos y químicos inexistentes en la naturaleza, que es como si nuestros paladares se hubieran adormecido ante todos esos estímulos olvidando disfrutar de lo exquisito que la naturaleza nos brinda.
Regresar a una alimentación más sana, simple y natural puede parecer desalentador, pero es cuestión de ir cambiando ingredientes a los que estamos acostumbrados por sus versiones más sanas y poco a poco nuestro cuerpo irá pidiendo más de estos productos naturales que también son deliciosos, pero que hemos olvidado saborear.
Azúcar:
El azúcar blanca refinada es completamente adictiva y se encuentra inequivocablemente asociada a muchas enfermedades contemporáneas como son la obesidad y la diabetes. Sin embargo, existen muchos endulzantes naturales que pueden sustituir este compuesto presente en casi todos los productos comerciales: Miel de abeja, miel de maple, azúcar de maple, azúcar de coco, azúcar de dátil, stevia, jarabe de arroz y néctar de ágave. Aunque tampoco es recomendable abusar en su consumo, estas opciones siempre serán más recomendables.
Bebidas:
La leche de vaca hoy en día se encuentra llena de hormonas y antibióticos que pueden perjudicar nuestra salud; una opción es optar por leches vegetales como las de almendra, arroz, avena, coco y soya.
En el caso del café, 1 taza al día puede representar beneficios saludables, pero si se toma con más frecuencia, se recomienda elegir bebidas con menos cafeína como son el té negro, té verde o té blanco, o infusiones herbales como el mate originario de Sudamérica.
Grasas:
En la dieta debe existir un balance entre los ácidos grasos Omega-3 y Omega-6, sin embargo los aceites de girasol, maíz y soya que normalmente usamos están cargados de grasas Omega-6 creando un desequilibrio nocivo para el organismo. Esto se puede evitar eligiendo grasas saludables como: aceite de oliva, aceite de coco, aguacate, nueces y semillas.
Otras posibilidades que se pueden sustituir sencillamente por sus versiones naturales son: sal blanca por sal de mar, chocolate de leche por chocolate amargo, harinas blancas y cereales refinados por harinas integrales y cereales enteros.
Haciendo pequeños cambios se puede lograr mucho en términos de salud, así que empieza hoy sustituyendo algún ingrediente por su versión más saludable, y en poco tiempo serás otra persona.
Fuente: Joshua Rosenthal y Valeria Lozano
Imagen: Pixabay