Los licuados son la manera más rápida y fácil de incluir varios nutrientes en un solo vaso; son ideales para el desayuno, rápidos de preparar cuando llevamos prisa y fácilmente portátiles si se necesita. Además, la diversidad posible es inmensa pues existen muchas combinaciones que ofrecen sabores muy variados, todos deliciosos. Y, aunque no existen reglas determinadas, algunas sugerencias podrán mejorar el valor alimenticio de tus licuados.
Agrega hojas verdes
Las hojas verdes son uno de los alimentos más nutritivos que existen en el planeta; agregar unas 5 hojas de espinacas a tu licuado te llenará de vitaminas, minerales, proteínas y fibra. El sabor prácticamente no cambia y el color se vuelve de un verde suave. Algo importante es que alternes el tipo de hojas que vas usando; puede ser por ejemplo espinacas, lechugas, berza (o kale) y acelgas (las acelgas tienen un sabor más fuerte que las espinacas así que prueba con una menor cantidad).
Incluye sólo 1 o 2 frutas
Si estás en tu peso ideal y no acostumbras comer fruta el resto del día, puedes incluir hasta 3 piezas. Sin embargo, lo ideal es agregar sólo un tipo de fruta o combinar dos; el plátano y la palta son excelentes para proporcionar una consistencia cremosa (utiliza sólo uno de los dos).
No te olvides de la grasa buena
Ya sea una cucharada de aceite de coco o una cucharada de algún tipo de semilla (girasol, sésamo, calabaza o linaza), esto ayudará a brindar este macronutriente esencial para la salud de nuestro cuerpo y de nuestra mente. Además, nos dará más energía y mejorará nuestro ánimo.
¿Leche o agua?
Una taza de cualquier líquido es suficiente para preparar una porción. Puede ser leche animal (vaca, oveja), yogurt o leche vegetal (almendra, arroz, coco, soya o avellana). Incluso para preparar una versión más ligera se puede sustituir por agua de coco (llena de nutrientes e ideal para hacer ejercicio) o simplemente por agua pura.
Elige un endulzante natural
Aunque es opcional (a veces el dulzor de la fruta es suficiente), se recomienda que siempre sea una versión natural evitando azúcar blanca refinada. Entre las opciones están la miel de abeja, miel de maple, stevia (el polvo verde o la versión líquida) y azúcar rubia.
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