Los antojos no son un enemigo al cual derrotar ni tampoco aquello que nos sabotea a toda costa nuestros deseos de cambiar, comer mejor y llegar a nuestro peso ideal. No, los antojos son una de las tantas maneras que tiene nuestro cuerpo de comunicarse con nosotros y como tal debemos aprender a escucharla.
Nuestro cuerpo tiene una sabiduría innata y sabe cómo curarse, sin embargo rara vez le prestamos la atención necesaria. Pero, si nos detenemos a descubrir las causas, el por qué tenemos un antojo de azúcar, de sal o de algo frío, podremos descifrar de dónde viene este deseo, cómo aliviarlo y tratar en un futuro de evitar que suceda.
¿Qué podemos comer cuando tenemos un antojo?
Dulce: El azúcar es una de las principales adicciones resultantes de la comida procesada y el principal reflejo de alguna necesidad emocional, pues nos provee consuelo y confort (aunque sólo sea momentáneo). Una opción es comer muchos vegetales dulces como son la remolacha, zanahoria, cebolla y papa pues al cocinarlos liberan sus azúcares naturales brindándonos esa sensación de conexión y saciedad.
Salado: Tener antojos de sal puede indicar que existe una deficiencia de minerales pues muchos de los productos que comemos hoy en día carecen de estos nutrientes; una opción para satisfacer este antojo es comer algas marinas pues presentan una gran cantidad de minerales e incluyen un sabor salado inconfundible.
Amargo: Este sabor indica una falta de nutrientes, el cual se busca saciar usualmente a través del café y la cerveza oscura; sin embargo hay opciones más saludables como las hojas verdes oscuras (espinaca, acelga, berza, arugula, etc.) las cuales están cargadas de todos los nutrientes provechosos para el cuerpo.
Picante: Este antojo muestra por lo general una necesidad de curación, particularmente del sistema digestivo. Para este caso la mejor solución es acudir a la gran cantidad de especias sanadoras con que contamos: jengibre, ajo, cúrcuma, pimienta cayena, orégano, pimienta negra, cebolla, etc.
Líquido: Esto ocurre por comer muchos productos salados, secos o llenos de harinas refinadas; sin embargo tomar bebidas azucaradas no es la mejor opción. Ingerir agua pura es más que suficiente pues si se tiene siempre un vaso a la mano este antojo desaparecerá.
Crujiente: Por el contrario, cuando hay demasiados líquidos en la dieta el cuerpo desea comer algo crujiente pero las papas comerciales incluyen aceites procesados y niveles altos de sodio. Mejor, hornea tus propias papas naturales con un poco de sal de mar para calmar de manera saludable este antojo.
Fuente: “Integrative Nutrition: Feed your Hunger for Health & Happiness” de Joshua Rosenthal
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